lunes, 2 de marzo de 2009

Hallazgos tardíos


Me encontré esto en una mudanza entre polvo y trastos. Un cacho de foto, un mensaje sin botella. Supe rápidamente que era tuyo. Otro regalo como el cine de verano. Lo malo es que lo encontré meses después de que te bajaras de mi cama y ya era tarde. Hoy ha vuelto a mi. Brujería. Siempre fue un poco mago el señor polaroid,

Señor compañero,
Señor de la noche,
haz que vuelva su rostro
quien no quiso mirarme.

Que sus ojos me busquen
sostenidos y azules
por detrás de la barra.

Que pregunte mi nombre
y se acerque despacio
a pedirme tabaco.

Si prefiere quedarse,
haz que todos se vayan
y este bar se despueble
para dejarnos solos
con la canción más lenta.

Si decide marcharse,
que la luna disponga
su luz en nuestro beso
y que las calles sepan
también dejarnos solos.

Señor compañero,
Señor de la noche,
haz que no cante el gallo
sobre los edificios,
que se retrase el día
y que duren tus sombras
el tiempo necesario.

El tiempo que ella tarde en decidirse.

¿Me dejaste más cosas debajo de la almohada? My skin is black. My arms are long. A punto de subir a la torre de control, y él se baja del jaguar y pum. Se fastidió. Tú siempre supiste que podías pedirme tabaco, despacio, aunque no supieras mi nombre. Levantas la tapa y respiras el aire del invierno. Café de noche. Él animando y ella haciendo bolsos.

Algo se cuece en la farmacia. Se acerca...

1 comentario:

Anónimo dijo...
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