miércoles, 28 de julio de 2010

Sueño de una noche de verano

Me despierto. Me levanto, desnuda, sudando. Ya no duermo de otra manera. No hay manera. Voy a hacer pis y mientras ando siento que me va a estallar la cabeza. Resaca veraniega. Entra la luz a través de las cortinas blancas. Es una luz preciosa que lo ilumina todo y a pesar de todo. Voy a la cocina, ibuprofeno, vaso de agua. Vuelvo al colchón. Enciendo el ventilador. Sin darme cuenta me vuelvo a quedar dormida...

...Estoy en mi casa, en una supuesta peZera en medio del campo. Salgo al jardín y me encuentro un grupo de personas que atraviesan mi salón. El primero es mi vecino. Le pregunto por qué pasan por el medio de mi casa - No te preocupes-me dice-sólo pasamos por las zonas comunes - Me quedo tan pancha ante esa respuesta sin sentido y entonces le pregunto si el año pasado llenaron la piscina - claro- me responde él- y entonces?- digo yo- este año también habrá?- claro- me vuelve a responder él. Así descubro que en realidad tengo una casa con piscina, lo cuál me pone muy feliz. De la nada aparece mi madre y yo le digo que lo malo es que no tengo todavía muchas plantas. Se lo voy a enseñar y mi jardín aparece lleno de flores de todos los colores - cariño, está precioso- me dice mi madre. Tiene razón, y yo sonrío. Cae un pez desde una ventana. Vivo y naranja. Es otro vecino asomado en el piso de arriba el que lo ha tirado. Entonces miro a mi alrededor y todo el suelo, convertido en arena húmeda como si acabara de bajar la marea está lleno de peces. Unos vivos, arrastrándose por la arena. Y otros muertos y perfectamente cortados en tres pedazos iguales. Son de esos peces tropicales azules y rojos que llenan todo mi sueño de esos colores. No sé porqué están muertos. La verdad es que no sé nada. Ahora la piscina se convierte en hielo, mi madre intenta meterse y se cae porque se rompe la capa de hielo. Yo ni me inmuto, creo que no le pasa nada. Entonces oigo un ruido y vuelvo al pasillo de la peZera, me doy cuenta de que la puerta está abierta.- Estoy segura de que la cerré con cerrojo-pienso. Hay alguien en mi casa. Me llevo un susto de muerte y me despierto de nuevo, sobresaltada.

Paso el día entero pensando que el sueño es real. Todavía lo siento así. Sobre todo tengo grabada la imagen de los peces sobre la arena mojada...

martes, 27 de julio de 2010

Se acabó el baile...

...pero empieza fiesta

No puedo escribir sobre el mar, porque no lo he visto. La cofradía marinera de Vallekas creo que tampoco lo ha visto y lo lleva dentro, pero yo no, ése no es mi caso. No puedo escribir sobre la felicidad porque no la he visto, o si, que más da. No voy a escribir sobre la felicidad. No puedo escribir sobre la tristeza, y claro, ni hablar de la melancolía. El cielo azul de cada día, las cervezas en la calle, los tirantes, claro, me llamaríais loca. Ahora parece que no es el momento para esas cosas, si estuviéramos en otoño... Me introduzco sin querer en uno de los veranos más raros de mi vida. Verano de invierno sin nieve.

Tengo historias que contar, eso sí. Y éstas sí son veraniegas, curioso. Tengo una historia de Ventura, fuerte y buena, y una de sueños de verano. Las tengo, tengo, tengo...

Echaba de menos ésto...

y echo de menos los polvos de ventilador y sudor. Eso sí es verano. Eso sí.

De repente hay ventilador y salsita sabrosona, jeje, verano?? claro... A por ello!!!