domingo, 15 de marzo de 2009

Que gusto...

Que gusto cuando te pones sandalias y tus uñas, rojillas (que se les ve el plumero), vuelven a ver el sol. Que gusto cuando la noche te desvela secretos y ni siquiera hace falta que te diga porque ya está todo dicho, y todo es bueno, y bonito. Que gusto cuando el aire de verano que respiras, y acaricia tus pestañas entra, junto con el bullicio de la calle por su ventana y le da los buenos días. Que gusto cuando alguien da los buenos días al mundo, y entre ellos a ti, y a tu vecino, y a todos, y te llega como una sonrisa de domingo que se cruza en tu camino. Que gusto. Buen día. Buen día. Y cumpleaños de Buendía. Casualidad o causalidad?. Y recuerdos de sus polvos lunares que también fueron de verano, y de aire por la ventana. Ay. Feliz cumpleaños guapo. Y buen día, claro.

Que gusto las coincidencias. Que gusto...

Mañana Francisco Ayala hará 103 años. Y el tío lo celebra con vino tinto y un whisky y cuenta cómo conoció a su mujer: "Hablábamos y una risa suya le hizo inclinar hacía atrás la cabeza. De pronto veo brotar una llama en su pelo. Su pelo se había prendido en una de las velas y mi corazón ardía ya, desde ese momento mismo, con súbita violencia. Aquella muchacha era Carolyn Richmond". Dice que ahora su memoria inventa y miente. ¿Justamente eso es literatura? La vida es invención pura, también dice, y él sabe mucho de vida. Buen día.

Leo otra historia que me cautiva: "... En San Lorenzo (del Escorial) fueron rodadas escenas de Orgullo y Pasión de Stanley Kramer, con Sofía Loren, Cary Grant y Frank Sinatra. Trataba de la historia de un cañón fundido y acarreado por españoles e ingleses para combatir a las tropas de Bonaparte. Incluso lo metieron en la basílica del monasterio. " Era fantástico asistir a todo aquello; si hacías de extra te podían llegar a dar 25 pesetas por día", destaca Blázquez. Muchos vecinos de San Lorenzo dicen conocer un episodio colateral al rodaje, que narra Enrique Herreros, el hombre del cine español en Hollywood en su libro Bombones y caramelos. "El hotel Felipe II, donde se alojaba Sinatra tenía un excelente piano. Una noche Frank, pidió un teléfono a Pedro Vidal, ayudante de Kramer, y una conferencia con Madrid que sorprendentemente fue inmediata. Mantuvo descolgado el auricular y se puso al piano a cantar suavemente con su voz grave. Poco después, relata, se presentó en el salón Ava Gardner envuelta en un abrigo de pieles, aunque por debajo iba completamente desnuda. Ambos se marcharon". Herrero puntualiza: "Ava vivía en la calle del Doctor Arce, 11, de Madrid, en el mismo edificio que el general Perón." El remate fue que a la mañana siguiente "Frankie apareció en el rodaje con rasguños en el rostro".

Me muero por saber qué canción le cantó Sinatra a su chica...

Mañana me voy a la isla, unos días. No a la isla del ron, pero a una de fareros a ver peces bajo el agua. Buen día. Buen día.

Que gusto.


De verano...

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