miércoles, 24 de junio de 2009

Un día de verano...




Hoy era un día de verano y en el metro un hombre mayor masajeaba un pie a su chica que sonreía de gusto. Era un pie arrugado, calloso, gastado, vivo... Él lo cogía, delicado, y poco a poco iba moviendo sus dedos entre su piel. Apretaba un poco, con la fuerza justa, para justo después acariciarlo suavemente con las yemas. Él, como ella, sonreía, disfrutaba. Y yo también, puede que de envidia, pero sobre todo de gusto. No es facil encontrarse una escena así hoy en día y allí estaba yo, en primera línea.

Cuando volvió de su vuelta por el mundo le brillaban los ojos como nunca. Era un día de verano, el día en él que me enamoré de él. Ahora ha vuelto. Verano.

Un día de verano me hice Sancha. Otro me comí mi primer beso, enterito, y sin lengua. Verano, verano, verano... Mi primera borrachera, mis primeras estrellas, baños lunares, días de playa... Me reí como nunca un día de verano...

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