domingo, 21 de junio de 2009

Una habitación con vistas


Definitivamente aquí me quedo, pensé. Es lo que siempre he deseado. Una habitación con vistas al mar y mucha luz. Suficientemente cerca del agua para que cuando quiera escapar sólo tenga que soltar el ancla y dejar que me pille la marea. Al abrir los ojos estaré en Sicilia, Túnez, el Líbano...quién sabe? Todo depende del sueño que tenga y de si duermo una noche, dos días, meses. Dejaré mi destino en manos de las corrientes marinas. Que decidan ellas, que yo me he vuelto cobarde, o indecisa, o las dos cosas, y no tengo fuerzas de decidir nuevo puerto...
Ey, escuché, desde mi cama inventada, el sonido de tu trompeta mientras escribías "...por ahí se empieza...". Debe ser porque tú también eres inventado, y además invisible, como ni nueva casa...mmmmm...tócala otra vez...

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