jueves, 16 de abril de 2009

La imprescindible Dolce vita

Hay veces que lo daría todo por parar el tiempo. Conseguir congelar momentos y guardarlos para luego. Después mezclarlos, como a mi me diera la gana, y hacerme una vida desordenada. En noches de aburrimiento sacaría del archivo un polvo lunar, un baile eterno o un viaje submarino y en días como hoy, de frio y lluvia, pondría una cañita de verano y gotas de sudor bajando por nuestras pieles. Yo sé que no se puede parar el tiempo, como sé que nadie diría que no a hacer el amor con Marcelo Mastroiani. Por eso, lo que hago, es intentar que la vida vaya más lenta. Las cosas poquito a poco, con ganas, y con un poco de sal, a fuego lento. Ella dice que las mudanzas nunca en avión, siempre sobre ruedas, para saborearlas, y sentirlas. Despedirse del pasado y recibir al futuro con calma. Otra forma de detener el tiempo.

1 comentario:

Miguel Ángel Maya dijo...

...para una mudanza en avión basta llevar pocas cosas...
...Tampoco nadie le diría que no a hacer el amor con Anita Ekberg...