lunes, 9 de abril de 2007


Un lugar en el mundo de Adolfo Aristarain
Mi vida sin mi de Isabel Coixet

HOTEL EXISTENCIA

Capítulo I

... el Hotel Existencia cerró, y cuando volvió a abrir unos años después, ya no estaba en una pradera de la campiña húngara, y ya no tenía el aspecto de un castillo barroco sacado de los bulevares de Baden-Baden. El nuevo Hotel Existencia era mucho más pequeño y de sórdido aspecto, y si queréis encontrarlo ahora, tenéis que ir a una gran capital donde la vida real sólo empieza después de oscurecer. Nueva York, quizá, o La Habana, o una de esas sombrías callejuelas de París. Entrar en el Hotel Existencia era pensar en palabras como alterne, claroscuro y destino. En hombres y mujeres lanzándote discretas miradas en el vestíbulo. Era perfume, trajes de seda y piel cálida, y todo el mundo andaba siempre con una copa en la mano y un cigarrillo encendido en la otra. Eso lo había visto en las películas, y sabía el ambiente que reinaba en el hotel. Los clientes del bar de abajo, tomando sorbos de martini seco mientras escuchaban el piano. El casino de la segunda planta, con la ruleta y los dados brincando silenciosos por el fieltro verde, el crupier del bacarrá hablando en murmullos con un empalagoso acento extranjero. El salón de baile en el sótano, con sus lujosos reservados de cuero y la cantante bajo los focos con su voz enronquecida del humo y su reluciente vestido plateado. Ese era el conjunto de decorados que contribuía a la buena marcha de las cosas, pero nadie iba allí sólo por la bebida, el juego o la música, aunque la cantante de aquella noche fuera Rita Hayworth, a quien su actual marido y representante, George Marcready había traído en avión desde Buenos Aires para dar una única función. Había que dejarse llevar un poco por la corriente, tomar unas copas antes de dedicarse un poco al asunto. Bueno, no era nada serio, sino más bien un juego: el entretenimiento infinitamente agradable de decidir con quién se subiría a la habitación aquella noche. El primer paso se daba siempre con los ojos; única y exclusivamente con los ojos. Se paseaba la mirada de una persona a otra durante unos minutos, tranquilamente, mientras se degustaba la copa y se apuraba un cigarrillo, sopesando las posibilidades, buscando una señal, quizá incluso incitando a alguien con una sonrisita o un toque en el hombro para atraer su atención. Hombres o mujeres, me daba igual. En aquella época seguía siendo virgen, pero ya sabía bastantes cosas de mi mismo para ser consciente de que me daba lo mismo. Una vez, Cary Grant se sentó a mi lado en el bar del piano y empezó a acariciarme la pierna. Otra, la fallecida Jean Harlow regresó de la tumba y me hizo el amor apasionadamente en la habitación cuatrocientos veintisiete. Pero también estaba mi profesora de francés, Mademoiselle Des Forets, una esbelta quebecoise de piernas preciosas y líquidos ojos castaños que llevaba los labios pintados de brillante carmín. Por no hablar de Hank Miller, el zaguero del equipo universitario y experto donjuan de último curso. Hank probablemente me habría matado a puñetazos de haberse enterado de lo que hacía en sueños, pero el caso es que no se enteró. Entonces yo sólo estaba en segundo, y nunca habría tenido el valor de acercarme a un personaje tan augusto como Hank Miller a la luz del día, pero de noche podía encontrarme con él en el bar del Hotel Existencia, y después de unas copas y una simpática charla llevármelo a la habitación trescientos uno e iniciarle en los secretos del mundo...

...dijeron proxima estación esperanza...yo me bajé y me encontré un curro, de 9 a 7... y calvario??? lo abandoné mientras todos dormían... el cubo dorado de basura en la puerta debería haber sido una señal, siempre se me olvida escuchar al universo... él cantaba a mi manera y yo me marché de puntillas... quería ser jardinera y ver la vida verde...aunque todo apuntaba a que era mejor la vie en rose... todo empezó cuando me quitaron el juicio... estaba enferma de cordura y ahora sin embargo confundo los colores cada día....la locura todo lo cura...y el naranja pronto se irá de mi vida...te abandono, me escapo...no me esperes...cambio de estación...

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