miércoles, 29 de agosto de 2012

Finishing Brooklyn.

Tal vez todos estemos vacíos, o llenos de aire, como las muñecas hinchables. Empieza, avión, sucede, continúa, avión, termina. Una leve nostalgia de lo vivido. Recuerdos, lugares, cigarros, fotografías. Tal vez todo se reduzca a eso. Toca reempezar. Toca guardarlo todo en esa caja mágica de las cosas que no se olvidan e irlo sacando cuando me venga en gana. Sí, eso sí, aunque solo sea eso, me hace feliz y, además, ha sido mucho más que eso aunque ahora me cueste verlo. Dibujar un cuerpo y aprender nuevas lenguas. Creo que me tengo que ir acostumbrando a esa suavidad de las cosas, a lo bello del equilibrio, a otra forma de hacerlo. Rutina de pescado en el horno, filmoteca y sol de invierno. Por otro lado me niego a aceptar que se acabaron las emociones fuertes, aceptar que eran otros tiempos. Anhelo la bufanda, y eso me pone triste.

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