domingo, 18 de enero de 2009

Amarcord


Ha llegado una super8 a la farmacia, y hemos decidido hacernos cineastas a lo Fellini. Bailaremos mambo italiano como Sophia Loren y nos pondremos pamelas negras sobre gafas gigantes. Bailando llegamos, el otro día, al corto "Cosas que nunca se olvidan", nominado a los Goya y lleno de niños en pantalón corto que juegan a futbol entre polvo y callejuelas de casas blancas. También hay noches que nunca se olvidan, de las que a veces incluso, ni consigues reponerte. Yo siempre recordaré esa noche de sofá de bar con la persiana cerrada. Hay empezaba todo lo que acabó al amanecer en la cubierta de un barco abandonado. Bueno, acabó de otra forma, más tarde, y con más dolor. Pero esa es otra historia. Y esa si que se olvida, para quedarte con lo bueno, el barco y el sofá.