lunes, 22 de noviembre de 2010

Ciber, alcohol e historias repetidas. Fuerte...ventura

Siempre me ha parecido un poco sórdido e indiscreto escribir desde un ciber. Sobre todo cuando es tarde, estás borracha y te han roto el corazón. Sobre todo cuando no ha sido él quien te ha roto el corazón sino todos los demás. Y tú, que ya no sabes ni lo que está bien ni lo que está mal, no puedes distinguir. Alguien canta una preciosa canción de fondo, alguien habla de su tarifa plana, alguien, alguien, él, te ha roto el corazón. Sí, se que está repetido. Se repite tantas veces esta escena que no es sólo cosa de la literatura. Es la vida. La vida. Joder, pero si justamente eso, la vida, fue lo que me hizo tirarme en sus brazos sin mirar a ningún sitio, joder, pero si es sólo la vida lo que pone la magia. ¿Por qué entonces? Por qué es la vida lo que precisamente parece lo contrario. Por qué? La verdad es que no lo sé, simplemente, y a base de experiencia, lo veo, lo siento, lo acepto... pero nunca lo entenderé. Nunca.


Sous les pavés, la plage... y pongo agua de por medio. Fuerteventura. Fuerte fuerte fuerte...ventura. La isla me espera. Una vez más..

EspeR'Arte, espeR'Arte, espeR'Arte

Ya no lo creo...

Entra un travesti gritando en el ciber. Cariño, cariño, dice. Es a mi? pregunto. Me agarro a un clavo ardiendo. Mierda.


Fuerte fuerte fuerte ventura

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